Un sujetador que se desabrocha con un simple aplauso

Una de las peores pesadillas de los hombres a la hora de desnudar a una mujer, la de desabrochar el sujetador, ya tiene solución. El diseñador Randy Sárafan ha descubierto el remedio para que los hombres no tengan que descifrar nunca más el intrincado mecanismo de esta prenda íntima.

Se trata del Clap-Off, un sujetador que se abrocha con un electroimán en la parte delantera y que está cubierto por un interruptor. Éste tiene un mecanismo que detecta un ruido muy concreto, el aplauso. Así, cuando se aplaude delante del sujetador éste se desabrocha automáticamente. El sujetador se puede customizar al gusto pero el mecanismo es siempre el mismo.

Imaginamos que esta prenda íntima tan sólo puede usarse en ocasiones especiales y muy íntimas. Puede ser muy poco divertido andar por la calle y que se desabroche con el aplauso de alguien. Queda restringido entonces su uso en conciertos, obras de teatro, representaciones o en ocasiones donde pueda haber un discurso. Avisadas quedan. Un simple aplauso y la lencería se destapa.