Tal y como informa el China Daily, un policía borracho arrojó a una niña de 7 meses contra el suelo porque se apostó con unos amigos a que era un muñeco.

Los hechos tuvieron lugar a la entrada de un  karaoke en Linzhou City, cuando Guo Zengxi de 50 años se acercó a la pequeña, le tocó la cara, se la arrebató a su padre y la estrelló contra la acera.

El bebé, que sufrió múltiples lesiones cerebrales, ya ha sido dada de alta pero todavía no se descarta que sufra secuelas por culpa del ataque.

“Se asusta muy fácilmente y se aferra a mí cuando oye los coches. Ahora tiene mucho miedo a los extraños y a veces vomita” dijo Ren Wenli, la madre de la niña.

Los gastos médicos de la pequeña, casi 5.000 euros, han sido cubierto por la familia del policía Guo Zengxi, quien también tuvo que ser hospitalizado tras recibir una paliza por parte de la gente que presenció el suceso.

Guo fue detenido durante 15 días, de conformidad con las normas de seguridad pública de la ciudad, pero para indignación de todos,  no ha sido suspendido de su trabajo hasta que no se aclaren los hechos.