La Policía de Siberia (Rusia) lleva desde noviembre enfrascada en una investigación sobre un caso de canibalismo. Dos pescadores Alexánder Abduláyev y Alexéi Gradulenko regresaron tras meses de desaparición en ‘La Taiga Siberiana’ gracias, según confesaron, a que se comieron los restos de un amigo que había muerto de frío.

El periódico ‘Komsomolskaya Pravda‘ recoge este insólito relato que se ha dado a conocer tras la confesión de los dos supervivientes que cuatro meses después de su salida fueron rescatados, tras haber pasado por temperaturas de 30 grados bajo, en  la república rusa autónoma de Saja (Yakutia) por un helicóptero del Ministerio de Emergencias.

Los hombres confesaron que tuvieron que dejar atrás a dos compañeros porque uno de ellos se había lesionado la pierna. Pero los equipos de rescate hallaron un cuerpo descuartizado y congelado en el bosque, sin signos de mordedura animal. Ante estos indicios los dos implicados confesaron que tuvieron que recurrir al canibalismo para poder sobrevivir. El cadáver del 4º hombre continúa desaparecido.