La vida de Gemma Long se ha convertido en una tortura desde que tiene lo que más ansiaba, un peso ideal. Esta mujer, madre de 2 niñas, se sometió a un baipás gástrico y consiguió desprenderse de 70 kg pero lo que al principio fue una dicha ahora se ha convertido en una pesadilla puesto que se encuentra tan débil que está obligada a ingerir cada día 3.500 calorías sino quiere morir de hambre, según ha informado el diario The Sun.

Long se sometió a la operación porque aunque toda la vida había sufrido obesidad  tras sus 2 embarazos alcanzó los 120 kg y pensó que sería mejor madre si adelgazaba. A través del baipás no sólo bajó rápidamente de peso sino que su cuerpo empezó a absorber sólo el 50% de  las grasas. Ahora, con 50 kg, está obligada a comer una gran ingesta de alimentos y tomar 10 pastillas de vitaminas al día para evitar que su peso se desplome.

Gemma Long ha perdido junto a su peso la vitalidad y ha tenido que abandonar su trabajo, pero lo que más le pesa en el corazón es que hizo todo esto por sus hijas y ahora no puede ni recogerlas del colegio, no tiene “energía para cuidar de ellas”.