“Era su destino morir así” éstas son las crudas palabras de una madre paquistaní al narrar el asesinato de su hija de 15 años a la que roció  con ácido por haber conversado con un joven fuera del domicilio familiar.

Durante dos días la joven padeció atroces sufrimientos hasta que sus padres la llevaron al hospital donde finalmente murió. De nada le sirvieron las lágrimas o las súplicas sus padres hicieron oídos sordos a sus lamentos porque “era su destino morir así”. La hermana mayor de la joven contactó con la policía antes del entierro para que se abriese una investigación contra sus padres.

Ahora, el nombre de Anusha caerá en el olvido junto a las 943 jóvenes que en el pasado año murieron a manos de sus familias por haber atentado contra el honor de sus familias.