El Ejército de EE.UU ha hecho un recorte de plantilla prescindiendo de aquellas personas que por razones de sobrepeso no superaron las pruebas físicas.

Así, ante la orden de ajustar el presupuesto del ejército y reducir las tropas en servicio activo de 570.000 reclutas a 490.000 para 2017 en los últimos meses se han despedido a 1.625 soldados que no pasaron las pruebas de salud a las que fueron sometidos, según informa el Daily Mail.

“La salud y la buena condición física de los militares son principios esenciales para la seguridad nacional. Los soldados deben estar físicamente preparados para desplegarse en cualquier momento en cualquier lugar del mundo en condiciones extremadamente austeras y exigentes”, declaró Leslie Hull-Ryde, una portavoz del pentágono .

La avalancha de críticas ante esta medida no se ha hecho esperar y  tanto los soldados como sus familiares han afirmado que el examen de aptitud física es muy difícil y que muchos de ellos sufren sobrepeso por  lesiones sufridas durante los combates.