Discapacitada abandona la silla de ruedas tras dar a luz

Ekaterina Batina de 21 años había pasado toda su vida condenada a moverse en silla de ruedas por culpa de una parálisis cerebral hasta que trajo al mundo al pequeño Vanya.

Tal y como informa el Russia Today, Ekaterina y su marido, que también sufre una grave enfermedad, se enamoraron en un centro para personas discapacitadas.

Cuando la joven se quedó embarazada los médicos le alertaron de los peligros que suponían seguir adelante con el embarazo. “Era un bebé muy deseado, y yo como cualquier otra mujer, deseaba mucho ser mamá. Lo único que me preocupaba era cómo mi enfermedad afectaría al niño. La ginecóloga me dijo que era necesario interrumpir el embarazo por mi bien y por el del bebé. La doctora me explicó que su postura se debía a un alto riesgo de patologías. Me dijeron que incluso si el parto era exitoso, no podría cuidar del bebé debido a la grave parálisis que sufría. Que no podría sostenerlo en mis manos, no podría cambiarle la ropa y bañarlo”, explica Ekaterina.

Valientemente, Ekaterina no hizo caso de los médicos, se mantuvo firme en su idea de tener a su hijo y cambió de ginecóloga. “Ella entendía que la gestación de su bebé iba a ser mucho más difícil que para una mujer sana. Ella realmente luchó por ser madre, a pesar de su enfermedad”, comentó la doctora que la atendió.

Para sorpresa de los médicos, Ekaterina, no sólo trajo al mundo un niño totalmente sano, sino que tras el parto, ella comenzó andar.

“A veces tras el parto ocurre lo contrario. Debido a que la pelvis se distiende, a las mujeres se les hace difícil andar”, explicaron los médicos que atendieron el parto. Pero “en la medicina también se conocen casos, cuando personas que han estado atadas a una cama después de un fuerte estremecimiento emocional empezaron a caminar”.