Los pasados MTV Video Music Awards además de muchos comentarios sobre los premios, homenajes y noticias, han mostrado el mal o buen gusto de los artistas vistiendo sus mejores galas. En estos galardones las estrellas invitadas no suelen mostrar un estilismo muy glamuroso, al contrario de lo que ocurre con los Oscars de cine, sino más bien que suelen dar la nota, recordemos los trajes imposibles de Lady Gaga en pasadas ediciones.

En esta ocasión elegiremos como la más elegante a la embarazada Beyoncé que lucía radiante, tanto por su indumentaria como por su rostro feliz con su próxima maternidad y acudió a la cita con una túnica de Lanvin en color coral.

Dos fueron las artistas que no es que no aceptaran con sus looks, sino que más bien no se miraron al espejo antes de salir de su casa, una fue Jessie J que con una pierna lesionada decidió hacer de sus muletas el complemento del otoño-invierno 2011 y para acompañarlas usó un maillot con pedrería en negro y unas medias en blanco, por aquello de que los extremos se tocan, aunque aquí más bien se matan. La falda o el pantaloncito que cubría sus muslos se lo debió de olvidar en el taxi que la llevaba al Teatro Nokia de los Ángeles.

Pero sin duda la que hubiese podido competir con Lady Gaga si no fuera porque la interprete de “Alejandro” pasa por un momento “machote”, fue Nicki Minaj que a falta de tiempo para ir de compras abrió el cubo de basura y decidió reciclar todo lo que habían tirado en la última limpieza de su casa. Un ajustado corsé recubierto de muñecos de peluche y todo ello rematado por una peluca Madame Pompadour acompañaron a la cantante en su salida al escenario.

La que más se prodigó en la noche fue Katy Perry a la que entre actuaciones y recogida de premios la vimos con un total de tres vestidos diferentes, a cual menos indicado, primero lució un kimono ajustado que acompañó de una sombrilla que imaginamos sería para quitar el flash de las cámaras de fotos, porque de noche y bajo techado poco sol había, después apostó también por el reciclaje con un vestido cubierto de discos de vinilo y por último salió al escenario a recoger su premio con un tocado que consistía en un cubo geométrico, el cual rompía todas las leyes del equilibrio sobre su cabeza.

Lo dicho, el dinero no da el buen gusto.

Imágenes: Europa Press

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