Los hechos ocurrieron hace sólo unos días, cuando la menor, de nacionalidad búlgara, se puso de parto en su vivienda de la localidad alicantina de Orihuela.
Según fuentes próximas a la investigación, la niña asegura que su hijo nació muerto y que lo escondió en su habitación para que nadie se enterara de que había estado embarazada.
Fue un primo suyo de 15 años quien supuestamente descubrió el cadáver del recién nacido en el armario. Este adolescente declaró que se asustó al ver el cuerpo del bebé y decidió deshacerse de él. Al parecer, lo tiró en un descampado cercano al río Segura.
No obstante, todo se descubrió porque la menor tuvo una fuerte hemorragia tras el parto que la obligó a ingresar en el Hospital Vega Baja. Una vez allí, fueron los médicos quienes dieron la voz de alarma al comprobar que la niña presentaba signos de haber dado a luz. Cuando la menor y su primo confesaron, los propios padres de la niña acudieron al descampado, acompañados por agentes de la Guardia Civil y encontraron el cuerpo del recién nacido. Según explicaron ayer fuentes judiciales, toda la investigación está pendiente del resultado de la autopsia del bebé, que tratará de determinar si llegó a nacer con vida o si murió antes del parto.
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