A veces el mundo del fútbol parece tan lejano e inaccesible que confundimos a los jugadores con estrellas, galaxias y superhéroes y nos olvidamos de que son personas, tienen familias y sentimientos. Y pasa incluso con Cristiano Ronaldo, el más galáctico de todos, que ha demostrado que el dolor de un niño le conmueve.

Ocurrió en el último partido del Real Madrid antes de enfrentarse en la noche de ayer al Olympique de Lyon. El Real Madrid estaba en Bournemouth para jugar uno de sus partidos de pretemporada cuando en una de las jugadas se señaló falta a favor del equipo blanco al borde del área rival. Como siempre, Cristiano Ronaldo se preparó para lanzar. Sus movimientos de pies característicos, postura de lanzamiento, cara de concentración y máxima potencia de disparo. El lanzamiento superó la barrera pero salió por encima del larguero con tan mala suerte que el balón aterrizó sobre un niño que estaba sentado justo detrás de la portería.

El pequeño Charlie Silverwood, de 11 años, no pudo hacer nada para evitar el golpe tras el lanzamiento de Cristiano Ronaldo. El impacto fue tan grande que le partió el brazo por dos sitios distintos, por lo que ahora luce una escayola y el brazo en cabestrillo. Tras el partido, el crack del Real Madrid se sintió tan triste por haberle provocado tales lesiones que le hizo llegar una camiseta del club blanco firmada por todos los jugadores además de una invitación para que acuda con su familia a presenciar un partido en el palco del Santiago Bernabéu.

A pesar de que el pequeño es hincha del Bournemouth no rechaza un regalo que seguro sabe que está hecho con todo el cariño, y más viniendo de uno de los mejores jugadores del mundo como es Cristiano Ronaldo.