Los múltiples problemas que le han surgido al Ayuntamiento de Alicante para sacar adelante el plan Lagunas de Rabasa, en el que se prevé construir un centro de Ikea, no han amedrentado a la empresa. Al menos así lo aseguró ayer la alcaldesa de la ciudad, Sonia Castedo, que defendió que no le «consta» que la empresa haya amagado con trasladar su tienda a otra ciudad. Ello a pesar de que el desbloqueo del sector urbanístico podría llevar aún varios meses y de que la multinacional sueca negocia también posibles aperturas en Paterna (Valencia) y Vila-real (Castellón.
Castedo explicó ayer que en las reuniones mantenidas con Ikea ésta siempre se ha manifestado en la línea de «mantener el convenio» que se firmó con el Ayuntamiento de Alicante para la construcción del centro comercial en Rabasa.
Un convenio que el Pleno aprobó en verano de 2010 y que se firmó por parte de Consistorio, Ikea y Visomed (la promotora del plan), en octubre del año pasado. En él el Ayuntamiento se comprometía a desarrollar el sector y la empresa manifestaba su intención de construir allí la tienda. Además, el Consistorio se guardó un as en la manga, que hacía referencia a la exención de responsabilidad económica alguna por parte del Ayuntamiento si finalmente el centro no podía construirse.
Sin embargo, mucho ha llovido desde entonces y poco bueno para el desarrollo del plan Rabasa, paso previo necesario para la construcción de Ikea. Por un lado, se han multiplicado los informes en contra del Ministerio de Fomento, a través de Adif y de Carreteras; de la Confederación Hidrográfica del Júcar; y de la Conselleria de Comercio, entre otras instituciones vinculantes. Por otro, se han presentado decenas de alegaciones por parte de partidos y colectivos ciudadanos y de comerciantes.
Además, la financiación del sector podría verse seriamente afectada tras la intervención de la CAM, que iba a aportar la mayor parte de los créditos necesarios.
Y, para colmo, el desarrollo del plan Rabasa está también en entredicho desde el punto de vista judicial, ya que existe un contencioso contra el desarrollo del mismo, al que se han incorporado recientemente las escuchas del ‘caso Brugal’ que hacen referencia a las negociaciones para su aprobación.
No obstante, la alcaldesa está tranquila respecto a las intenciones de Ikea. «No me consta que hayan cambiado de idea, pese a los intentos de algunos ayuntamientos por lograrlo», apuntó Castedo, en referencia a los antiguos gobiernos locales de localidades como San Juan, Mutxamel o Elche, (cuando los lideraba el PSOE), que propusieron a la multinacional sueca diversos emplazamientos alternativos al elegido en Alicante.
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